20.11.07

La “urbanización de la pobreza” es una consecuencia inevitable de la falta de empleo, planificación física,ordenamiento territorial, políticas sociales, urbanas y ambientales de buena parte de los gobiernos locales de la Región. Para poder sobrevivir, los pobres urbanos se ven obligados a autoconstruir su vivienda y cultivar sus alimentos en zonas peligrosas, frágiles o altamente contaminadas, causando importantes impactos en los ecosistemas en los que se asientan. Sin embargo, son muy pocos quienes valoran sus aportes a la conservación de la biodiversidad urbana, la mejora del paisaje y la calidad de vida de las ciudades.
La Agricultura Urbana
Diversos trabajos muestran como los pobres urbanos desarrollan estrategias innovadoras para enfrentar sus necesidades alimentarias y de salud, produciendo en forma ecológica, transformando y comercializando hortalizas, plantas medicinales, frutales, animales menores y acuáticos. Junto a esto, algunos gobiernos locales han desarrollado estrategias agrícolas y de forestación por ejemplo incentivando la plantación de árboles nativos y frutales en el ornato público mejorando la estética urbana y la presencia de aves e insectos en las urbes. El desarrollo de la AU depende de la existencia de un adecuado suministro de tierras, espacios seguros de comercialización y un uso sustentable de residuos sólidos y líquidos que permita una integración armónica al ambiente urbano.
Como contrapartida, la AU ecológica contribuye a mejorar el funcionamiento hídrico, conservando suelos y
aguas, disminuyendo la dependencia de los productores pobres de los agrotóxicos comerciales, mejorando
la gestión de los desechos sólidos y mejorando el microclima, el valor estético, recreativo y de
biodiversidad de las ciudades (Bakker y otros. 2000, Smit. 2001).

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